El regalo
Cuando tenía cinco años, una navidad recibí como regalo un botiquín. Estaba lleno de objetos curiosos. Un estetoscopio, vendas, un martillo para reflejos, todo de juguete por supuesto.
Nunca lo pedí ni lo deseé. Llegó a mi vida.
Entonces, como cualquier niño, empecé a jugar con el. Decidí que tenía que ir casa por casa preguntando si había algún animal herido o enfermo.
Supongo que causé una suerte de ternura y curiosidad porque me abrían las puertas y me permitían tocar, examinar y vendar a sus animales.
Yo me sentía totalmente realizado ayudando a esos pacientes, aunque mis cuidados fueran efímeros y sus dueños liberaran a sus mascotas de mis vendas en cuanto salía de sus casas.
Algo dentro de mi se despertó con esa suerte de juego. Tal ves recuerdos de otras vidas o la activación de mi propio plan de alma. En ese momento entendí que mi vida estaría marcada por el servicio a los demás.
Es lo que hago hasta hoy. Ayudo a las almas de las personas que se acercan a mi. Cuido los cuerpos en los que habitan esas almas. Enseño a templar las mentes que por momentos se dejan vencer por la oscuridad.
Para realizar esta tarea con humildad y vocación primero me he trabajado, he llorado y salvado grandes obstáculos en mi vida y lo sigo haciendo. Lo entiendo como un entrenamiento para luego poder aplicar mis conocimientos a quien me lo pida.
He dedicado mi vida al estudio de muchas técnicas que me permiten dar un servicio holístico a personas de diferentes edades, procedencias y creencias.
Me siento plenamente apoyado por fuerzas espirituales que me acompañan en este difícil cometido.
Es mi camino, así lo marcó para siempre ese inocente regalo de navidad.
Música para un país imaginario
Imagina por un momento un país, un lugar que no conoces, un pequeño paraíso en el que has soñado vivir alguna vez.
Ese lugar es el guardián de las culturas del mundo, desde las más ancestrales y primitivas hasta las más modernas.
Ahora proyecta ese país que sueñas. Traslada esa visión a tu vida y recrea ese lugar en tu corazón.
Ese pueblo exento de tiempo se fija en lo más profundo de tu consciencia y se manifiesta en tu memoria a través del sonido y la música, como patrimonio intangible de la humanidad.
Con su diversidad sonora enriquece tu vida y tu proceso creativo.
Cada nota alimenta con savia nueva, luz y belleza hasta la última célula de tu cuerpo.
Tu alma tiene en su memoria los recuerdos de infinitas reencarnaciones. Ese lugar existe en tu registro celular y en el de todos los seres vivos que habitamos este planeta.
Un lugar donde fluye el sonido que arrulla nuestra alma, libre de prejuicios, barreras y limitaciones.
Te invito a que descubras y experimentes el reencuentro con esa memoria a través del sonido de la creación.
efímeramúsica
Como agua que llueve, se diseminan las notas sobre nuestros sentidos
mientras nos tocan el alma.
Un sueño vívido nos transporta a lugares inexistentes.
El tiempo desaparece.
Asistimos al origen de la vida.
Solo el delirio de un niño puede entenderlo.
Casi de puntillas recorre nuestras emociones
despertándolas una a una
activando memorias infinitas.
A merced de una nota vagamos por multiversos que evocan lo desconocido.
Un constante juego de silencio y sonido nos expone sin piedad
a la insustancial y verdadera condición de la carne.
El primer sonido recorre sutil el tuétano
hasta descifrar el códice de nuestra infancia.
Como la caída de una pluma
en el vacío celeste de una lágrima.